Barcelona (ES) 11-4-1910 / Caracas (VE) 10-6-2007

Militar e ingeniero

Promotor de la metrología en Venezuela. Defensor del MHP de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys, en el consejo de guerra de 1940, que terminó con su ejecución.

Hijo del abogado José María de Colubí y la médico de origen francés, Luisa Chánez. En 1925 ingresa -junto con su hermano José María- a la Academia de Artillería de Segovia, donde egresa en 1931 con el grado de teniente. Durante la Guerra Civil toma parte del lado franquista y se subleva contra el gobierno republicano. Fue detenido y condenado a 30 años de reclusión pero es liberado en 1938, en un intercambio de prisioneros. Escapó a Francia donde se unió al bando franquista y participó en la toma de Catalunya.

Finalizó la guerra con el grado de capitán y aunque no era jurista, le fue encomendada la defensa de presos republicanos juzgados en consejos de guerra: Defendió en total a 150 presos y logró evitar el fusilamiento de todos, menos tres. Uno de estos tres era el presidente de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys Jover (ver recuadro).

En 1947 dejó el ejército con el grado de comandante y emigró a Venezuela en 1950. Para entonces, casado con Mercedes Recoder González, tenía cuatro hijos (Mercedes, José María, Santiago y María Luisa).

Desempeñó inicialmente trabajos no especializados, pero en 1952 consiguió un empleo como ingeniero en el Ministerio de Fomento y se convirtió en un experto en metrología, siendo el responsable de la adaptación horaria de Venezuela a la normativa internacional. Solicitó y obtuvo la nacionalidad venezolana y recibió la cédula de identidad número 3.150.429.

Murió en Caracas el 10 de junio de 2007 a la edad de 97 años.

Fuentes: Socorro, Milagros (18 de junio de 2013). «Ramón de Colubí, pionero de la Metrología en Venezuela».

Finestres, Jordi (octubre de 2012). «Lluís Companys. El president màrtir». Sàpiens (en catalán) (Barcelona) (121): 46-49. ISSN 1695-2014.   «A Caracas amb Ramon de Colubí». sapiens.cat (en catalán). septiembre de 2010.

Foto: Ramón de Colubí. Circa 1940. Archivo La Vanguardia.

NOTA: El 08NOV2022, gracias a una colaboración de GMN se corrigieron las fechas de nacimiento y deceso del señor Colubí.

Foto: tarjeta de identidad militar de Ramón de Colubí.

 

El militar que defendió a Companys

En el año 2003, el periodista Jordi Finestres, autor de estas líneas, por encargo de la revista Sàpiens, localizó y entrevistó a Ramón de Colubí en su residencia de Caracas. Sesenta y tres años tras la muerte de Companys, rompió su silencio ante la sorpresa de los historiadores, que le habían perdido la pista.

Los seis días que estuvo con Companys fueron, según nos recordaba, “los más largos” de su vida. Todo empezó a las diez de la noche del 8 de octubre, cuando recibía, en su domicilio de la calle Muntaner en Barcelona, una orden en que se le comunicaba: “Ha sido usted nombrado para ejercer las funciones de defensor en la causa que se sigue a Luis Companys Jover”. Al día siguiente, se presentó ante el procesado, a quien vio tranquilo, sereno, con la única angustia de encontrar a Lluís, su hijo enfermo, en paradero desconocido en la Francia ocupada.

Lo primero que hizo el capitán Colubí fue intermediar para que las hermanas de Companys lo pudieran visitar en Montjuïc. Después preparó el escrito de calificación provisional de la defensa. Lo tuvo que hacer en pocas horas, hecho que le indignó: “Todo aquello era absurdo, sabía que a mí me tocaba cubrir las apariencias para que el proceso pareciese legal, cuando sabíamos que todo respondía a una orden concreta del general Franco para que Companys fuera fusilado”.

El presidente catalán reconoció el valor del joven militar e incluso le regaló los gemelos de su camisa, dos piezas que Colubí llevó siempre consigo pero que perdió años después cuando le robaron la maleta en Perú.

El 14 de octubre de 1940 llegó el consejo sumarísimo. El defensor de Companys, a quien se le denegó la presencia de testigos a favor del procesado, hizo un valiente recordatorio en que rememoró la gestión de Companys para evitar más desmanes en los primeros días de guerra e incluso apeló a la historia de su propia liberación. Fue una lectura contundente que llevaba escrita en cuatro cuartillas y que concluía con la petición de una pena de veinte años y un día. Pero la sentencia estaba escrita y Companys fue fusilado al amanecer del día 15. Antes de morir, abrazó a Colubí. “Es difícil de explicar. Jamás había vivido una situación así”.

En 1947, desengañado del régimen franquista, hizo las maletas para Venezuela. Jamás quiso regresar a España.

Jordi Finestres / La Vanguardia. 16 de junio de 2007.

Fotografía: Lluís Companys Jover. Expediente de la Dirección General de Seguridad de España