
¿Origen catalán?. En Venezuela, las puertas metálicas enrollables se llaman “santamarías”.
Es un hecho contrastado. Las puertas metálicas enrollables, independientemente del fabricante, en casi toda Venezuela reciben el nombre de “santamaría”.
Es un nombre que ha permeado en el habla popular. Cuando alguien muere, no es raro que se diga que “fulano bajó la santamaría”.
La Real Academia de la Lengua Española no registra la palabra.
Al parecer, el nombre viene de Catalunya, más específicamente, de Barcelona. Y aún más detalladamente, del apellido de una familia que durante dos siglos se dedicó a trabajar los metales, creando en sus talleres desde orfebrería religiosa, hasta… puertas enrollables.
Aunque hay algunas lagunas en la historia, de acuerdo con la versión digital de la Enciclopedia Catalana, el negocio lo comenzó Joaquín Santamaría, en 1816. Eran, al principio, cerrajeros.
La incorporación de los nietos, Arturo y Alfredo Santamaría dio un vuelco al negocio y lo derivó hacia la orfebrería religiosa.
Diseñaban y creaban las piezas metálicas de las iglesias, desde botafumeiros, apagavelas, atriles, bandejas, cruces, copones, hisopos, púlpitos, hasta candelabros e incensarios.
Desde siempre, exportaron sus creaciones a Venezuela: El documento “L’orfebreria barcelonina del segle XIX,” de Santiago Alcolea, relata que “…una cruz procesional de estilo gótico, con las figuras de Cristo y la Virgen y medallones repujados con misterios de la Pasión, fue encargada por una familia catalana residente en Venezuela y se destinaba a la catedral de Caracas (10 de mayo 1896)”.
Al inicio tenían fábrica y despacho en Portal del Ángel, aunque tuvieron varias direcciones y separaron fábrica y despachos. En 1899 ya tenían una nómina de 80 obreros y producían exclusivamente puertas de seguridad.
En algún momento, los hermanos se separaron, aunque ambos siguieron en el negocio. La mayor notoriedad la obtuvo Arturo, quien llevó los talleres a la calle Consell de Cent y el despacho a la Ronda de Sant Antoni No. 72.
Arturo se casó con Anna Armengol y Casas y tuvieron cuatro hijos: Albert, Emmélia, Mercé y Rosa.
A su muerte, el 28 de marzo de 1915, Albert asumió el negocio, al que puso su nombre, que también aparecía en las puertas que fabricaba.
Con una mentalidad más moderna, el hijo comenzó a utilizar la publicidad para apoyar las ventas y también realizó contactos para vender sus productos más allá de España.
En Colombia lo hizo directamente con los hermanos Abraham y Abadía Cortés, dueños de una de los primeras imprentas modernas de Bogotá, de una papelería y de la revista El Gráfico, pionera en la publicidad comercial de ese país.
No ha sido posible establecer quien fue su representante en Venezuela.
En abril de 1963 Albert muere, en París. Casado con la francesa Jean Béné tuvo 2 hijos, Jacqueline y Guy.
El negocio desapareció y sus referencias más cercanas llegan hasta los tiempos de la Guerra Civil (1936-1939).
Para 2019, en la dirección de Ronda de Sant Antoni No. 72 había un automercado. 10 años antes, había una oficina bancaria.
Entonces… ¿lo de santamaría viene de Catalunya o no?
Dar una certeza absoluta es difícil, pero pareciera posible, pues la probable metonimia es completamente verosímil.
Fuentes:
L’orfebreria barcelonina del segle XIX,” de Santiago Alcolea
Enciclopedia Catalana: Enlace aquí.
todocoleccion.es
Hemeroteca La Vanguardia. Enlace aquí.
