Manuel Vidal Quadras
Sitges (ES) 1793 / Barcelona (ES) 1861
Comerciante. Banquero.
En 1809, acompañado de su hermano Alejo cruza el Atlántico para reunirse con su padre, José María Vidal Robert, quien había abierto un establecimiento comercial en Maracaibo. Desde el primer día se dedican al comercio, inicialmente en la empresa paterna “José Vidal y Compañía” y poco tiempo después, en la sociedad “Vidal, Balada y Ros”.
El 20 de abril de 1816, se casa en Maracaibo con la catalana Ana Ramón Marqués, natural de Torredembarra e hija de un sastre. Dicho matrimonio tuvo ocho hijos, de los que sólo cuatro llegaron a la edad adulta: Manuel, Carolina, Alejo y Antonio Vidal-Quadras Ramón, los últimos tres nacidos en Cuba.
Para ese entonces, Venezuela era parte de España y se luchaba la guerra de independencia. En 1821, tras la derrota de los ejércitos realistas, la familia abandona Venezuela. El padre retorna a Catalunya, donde fallece en 1840.
Los hermanos Manuel y Alejo Vidal Quadras optaron por seguir en América, estableciéndose en Santiago de Cuba.
En pocos años, amasaron una gran fortuna con sus actividades de agricultura (mayormente tabaco), de comercio, de administración de fincas urbanas y, cada vez más, con su actividad financiera.
La firma de los Vidal Quadras llegó a ser una de las principales compañías mercantiles y financieras de Santiago de Cuba y de toda la región oriental de la isla.
Junto a la de José Riera, también nativo de Sitges, era una de las dos únicas empresas de Santiago que actuaban como “consignadores de buques y giradores de letras” y, a la vez, como “comerciantes banqueros”.
A partir de los años 1830, los hermanos viajaron cada vez con más frecuencia a Barcelona. En 1839, ambos acudieron a la subasta de una de las dos manzanas de terreno situadas en el actual paseo de Isabel II en Barcelona, haciéndose con su propiedad. Allí mandaron levantar sendos edificios donde abrirían pocos años después la casa de banca Vidal Quadras.
Manuel se hizo construir en 1852 un amplísimo palacete en Sitges mientras que su hermano Alejo hizo lo propio años después.
En 1856, mandó a edificar un panteón en el cementerio sitgetano, obra del arquitecto Alejandro Mariotti, en el que acabarían siendo enterrados él mismo y sus hijos.
Al morir Manuel Vidal Quadras, el 27 de julio de 1861, la nota anunciando su defunción fue la primera noticia destacada por el Diario de Barcelona, medio que le definiera entonces como «una de las personas más distinguidas del comercio de esta capital y que gozaba de la justa reputación que merecía la consideración de la casa a cuyo frente se hallaba».
Fuente:
Una saga de banqueros: la familia Vidal-Quadras. Martín Rodrigo y Martín Alharilla. Historia Social No. 64 (2009). Fundación Instituto de Historia Social
