
Pedro Pubill Calaf (Peret)
No había canción suya que Venezuela no bailara. Aún ausente, Peret sigue siendo la diversión garantizada.
En catalán, el nombre Pedro se traduce como Pere (y se pronuncia Pera, como la fruta). Y el diminutivo de Pedro -Pedrito es, en catalán Peret. Así que nuestro visitante, nativo de Mataró, en la costa cercana a Barcelona (ES) lo hemos llamado, desde siempre, Pedrito.
Pedro Pubill Calaf (1935-2014) fue un cantante, guitarrista y compositor español de origen gitano. Popularizó la música y el ritmo gitano en toda España y en especial en Catalunya, donde se integró como parte de su cultura con la denominada rumba catalana.
Su padre se ganaba la vida como vendedor ambulante de telas y Peret de pequeño le acompañaba en sus desplazamientos comerciales por Catalunya y Baleares, por lo que fue poco a la escuela. Se dice que aprendió a leer de forma autodidacta fijándose en los carteles publicitarios.
Aficionado desde niño a la guitarra y al cante gitano, a los doce años formó un dúo con una prima. Se llamaban Los Hermanos Montenegro. Debutaron en el teatro Tívoli de Barcelona, en un festival infantil.
Ocasionalmente actuaba en locales de la costa catalana. Poco a poco, su nombre se fue conociendo en Barcelona. Así, grabó un par de discos que sonaron bastante en las emisoras de la zona. Al poco se casó con Fuensanta Escudero, Santa, una gitana de la familia a la que años más tarde dedicaría una de sus más populares canciones: «Mi Santa».
A mediados de los 60 dio el salto a Madrid, cuando fue contratado por El Duende, un tablao flamenco perteneciente a Pastora Imperio y Gitanillo de Triana, y ahí se inició su escalada. Algunas de sus interpretaciones, como «El muerto vivo» del colombiano González Arenas, empezaron a tener mucho éxito entre gente de diversa extracción social.
En 1967 grabó «Una lágrima», versión rumbera de un vals, que tuvo un éxito fulgurante, convirtiéndose en una de las canciones del verano de 1968.
En los años posteriores, todas las orquestas incorporan a su repertorio temas como «El gitano Antón», «Don Toribio Carambola», «Saboreando», «¡Lo mato!», «Si fulano fuese mengano», «Chaví», «Canta y sé feliz» (con la que participó en el Festival de la Canción de Eurovisión 1974), «Qué cosas tiene el amor», «A mí las mujeres ni fu ni fa», «Castigadora», «Tracatrá», etc.
Peret en Caracas
Su primera visita -luego fueron muchas, prácticamente cada año, hasta su retiro en 2014- fue en 1969.
En ese momento la carrera espacial USA-Rusia estaba en su apogeo. Se sabía que Estados Unidos enviaría en julio de ese año una expedición a la Luna. Y Peret presentó la rumba “Don Toribio Carambola”, un gitano que se ha vuelto un poco loco y que quiere ir a la Luna. Éxito arrollador.
Acompañado del grupo “Peret y sus Gitanos” se presentó en el Key Club de Caracas, en enero de 1969, compartiendo escenario con la cantante venezolana Charito. Fueron cinco presentaciones que supieron a poco. Y luego, no dejó de visitar el país, hasta su retiro.
El Key Club era una club privado, propiedad del empresario italiano Tony Grandy. Lo bautizó con su nombre: el “Tony de la llave” o “Tony’s Key Club” y estaba situado en la Plaza Venezuela, al este de Caracas. Cada ‘socio’ tenía una llave dorada para poder acceder al local.
El bombazo internacional lo dio Peret con «Borriquito» en 1971, con letra y música del propio cantante, que coincidió con el boom del turismo en España, lo que contribuyó a que la canción se popularizara en todo el mundo . En 1972, Peret tuvo su segundo gran éxito internacional con la “Es preferible reír que llorar”. Para ese entonces, ya era visitante asiduo de Venezuela.
El 30 de julio de 2014, Peret anunciaba ante los medios que padecía cáncer, retirándose de los escenarios para realizar su tratamiento y volver lo antes posible.
Peret en catalán
Daniel Salvat Pubill, nieto de Peret, productor musical y miembro de la banda que en los últimos años acompañó a su abuelo, recuerda bien la noticia: seis meses, dijo el oncólogo.
El rostro estoico de su abuelo tampoco se le olvidará. Al salir le dijo «tenemos que darnos prisa y hacer un disco». ¿Un disco? La verdad es que no le sorprendió: él era así, quería dejar su último testigo, su último regalo.
Cualquiera que lo escuche se va a dar cuenta de que “Des del respecte / desde el respeto” se convierte en el mejor legado de su extensa carrera.
Tres años después de su muerte, su nieto sacó un disco donde su abuelo canta en catalán algunas de las canciones más emblemáticas del país, en ritmo de rumba catalana. “Paraules d’amor” o “L’Emigrant” son algunas de ellas. Vale la pena.
Fuente:
Juan Puchades: Biografía de Peret en página oficial de Peret
https://www.elboletin.com/noticia/153993/el-tocadiscos/el-ultimo-regalo-de-peret-des-del-respecte-/-desde-el-respeto.html
Foto: Peret con disco de Oro • . Photo By Bert Verhoeff / Anefo
Portada del disco póstumo Des del respecte / desde el respeto
