Talentosa, independiente y adelantada a su tiempo, su madre Ignacia quería que fuese a misa en Maracay, a pedir perdón por sus “pecados”. En subasta realizada en 2019, una de sus obras superó los tres millones de dólares.

Nacida en Anglès (Girona – ES) en 1908, bautizada como María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, fue una pintora surrealista, escritora y artista gráfica española, exiliada política en México y naturalizada mexicana.

Fue una de las primeras mujeres que estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1932 se estableció en Barcelona, donde trabajó como diseñadora publicitaria, sumándose al grupo surrealista catalán Logicofobista.

En 1937 viajó a París junto al poeta surrealista francés Benjamín Péret y en 1941, con la llegada de los nazis a la capital francesa, se exilia en México. En 1946 se separa de Péret y se dedica a la ilustración publicitaria.

Remedios Varo trabajando en una de sus obras. Circa 1945.

Aunque no le gustaba viajar, en 1947 marcha a Venezuela con su nuevo compañero, el piloto francés Jean Nicolle y dos amigos.

En Venezuela se encontraría con su hermano Rodrigo, médico epidemiólogo contratado por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social venezolano y con su madre, Ignacia Uranga y Bergareche.

Era comprensible la reacción de su madre, una mujer profundamente religiosa al verla llegar a Venezuela con Jean Nicolle, un hombre atractivo y catorce años menor que ella, con quien convivía abiertamente, sin estar casados.

Ignacia desaprobaba la vida que su hija llevaba y le preocupaba tanto la salvación de su alma que no dejaba de pedirle que le acompañase a misa a procurar el perdón divino. Accedió a hacerlo, pero solo una vez.

Su hermano le consigue un empleo para realizar ilustraciones técnicas. Remedios hace estudios microscópicos de los mosquitos y realiza grandes dibujos de estos insectos para una campaña de salubridad antipalúdica.

Mucha de su obra se utilizó extensamente en la formación de brigadas médicas y sanitarias de Venezuela. Como era necesario mostrar con la mayor exactitud posible todo tipo de detalles de estos insectos, este trabajo permitió a la pintora descubrir un mundo en miniatura que influyó en su obra posterior.

Entre 1947 y mediados de 1949, reside entre Caracas y Maracay, y viaja por Venezuela llegando a conocer el área donde nace el río Orinoco -el más grande de Venezuela y el tercero más caudaloso del mundo- que plasma en una de sus pinturas más interesante, “Exploración de las fuentes del Orinoco”.

En 1949 regresó a México, donde continuó con su labor de ilustradora publicitaria. Conoció a artistas como Frida Kahlo y Diego Rivera, pero estableció nexos de amistad más fuertes con otros intelectuales en el exilio, en particular con la también pintora surrealista británica Leonora Carrington.

En 1955 realiza su primera exposición. En 1958 obtiene el primer lugar en el Salón de la Plástica Femenina en las Galerías Excélsior. Su producción artística no se detuvo hasta su muerte, el 8 de octubre de 1963 en la capital mexicana de un infarto de miocardio, con apenas 55 años.

En mayo de 2019, una de sus obras, “Simpatía (La rabia del gato)” fue comprada por el empresario y coleccionista de arte, el argentino Eduardo Constantini por 3.135.000 dólares en una subasta de arte moderno de Christie’s en Nueva York.

Varo fue polémica hasta después de muerta y sus obras son muy solicitadas y por tanto, muy costosas. Dejó como heredera universal -sus bienes y cuadros- a su única sobrina, hija de su hermano Rodrigo, el médico que la acogió en Maracay. Después de un sonado litigio, las obras pasaron a formar parte del patrimonio del estado azteca.

 

Fuente: Viajes inesperados: el arte y la vida de Remedios Varo. Por Janet A. Kaplan. Ediciones Era. 1988.

Fotos: Inicio: las fuentes del Orinoco, realizado por Varo a su regreso de Venezuela.